Ivan Toney es uno de los hombres del momento en la Premier League. El delantero del Brentford F.C. ha ocupado los tabloides ingleses gracias a su efectividad goleadora, siendo el tercero en la tabla de anotadores con 16 goles en 25 partidos. Sin embargo, esta no es la única razón por lo que el británico destaca por estos días, puesto que ingresó a la lista de futbolistas que apuestan ilegalmente.
Toney ha sido acusado de romper las regulaciones sobre apuestas deportivas impuestas por la Football Association, más exactamente, unas 262 veces, entre febrero de 2017 y enero de 2021.
Según las normas de la FA, ningún jugador, técnico, empleado, directivo o cualquier asociado a uno de los clubes de las diferentes ligas, puede realizar apuestas deportivas, puesto que puede sacar provecho para influir en resultados o en ganar apuestas de manera ilegal.
Lo más grave del asunto es que Toney se ha declarado culpable la gran mayoría de los cargos de los que se le acusan, y se enfrenta a una dura reprimenda en el mejor momento de su carrera, donde sus goles se ven manchados por una disputa legal de grandes proporciones, siendo uno de los futbolistas que apuestan de manera ilegal sin medir las consecuencias.
El delantero podrá recibir una sanción de hasta seis meses de inhabilidad, sin contar con la cuantiosa multa que deberá asumir. El Brentford se vería seriamente afectado en la recta final del torneo, en un momento en el que lucha por colarse a las copas europeas.
Toney no ha sido el único jugador en vivir una situación similar. Repasamos los casos de jugadores que han sido acusados de infringir una regla importantísima que atenta con la ética del deporte.
Los casos sonados de futbolistas que apuestan en la Premier League
Casualmente, el de Ivan Toney no es el primer caso del cual se tiene registro en Inglaterra sobre futbolistas que apuestan ilegalmente. Recordamos por lo menos cinco nombres que empañaron la ética del juego limpio para sacar ventaja a su favor.
Uno de ellos es el de Kieran Trippier, actual defensor del Newcastle United. En 2019, el jugador se vio envuelto en una polémica por su traspaso del Tottenham Hotspur al Atlético de Madrid, puesto que reveló información de la operación a sus amigos, quienes sacaron ganancias en las casas de apuestas.
Trippier fue sancionado con 10 semanas de inhabilidad y una multa de 77.000 euros.
Daniel Sturridge vivió algo similar. Sugirió a su hermano que apostara por su fichaje al Sevilla, aunque dicha operación no fue exitosa. Sin embargo, la FA se haría cargo de la investigación y el delantero fue suspendido por la UEFA durante cuatro meses, además de ser multado por 171.872 euros.
Martín Demichelis es un nombre familiar para los latinos que entra en la lista de futbolistas que apuestan ilegalmente. Su caso se remonta al 2016, año en el que fue sancionado por la FA por haber realizado 29 apuestas en partidos de ese año. La multa: 28.500 euros.
Andros Townsend es un caso aparte de futbolistas que apuestan. El mediocampista que milita en el Crystal Palace reconoció en 2019 que sufría de adicción al juego, lo cual le llevó a una sanción de la FA en 2013 de 18.000 libras y cuatro meses de inhabilidad, todo ello mientras militaba en el Tottenham Hotspur, por realizar apuestas deportivas.
Joey Barton se retiró de manera prematura del fútbol cuando fue sancionado en 2017 por realizar cerca de 1.260 apuestas entre 2006 y 2016. Aunque ya había definido acabar su carrera a final de temporada, el castigo lo haría por él, pues le suspendía por 18 meses y fijaba una multa de 35.300 euros.
Aunque la adicción de Barton había sido declarada como una enfermedad, la FA fue implacable. El agravante es que el jugador ya había sido multado por la Federación Escocesa por la misma razón: ser uno de los futbolistas que apuestan ilegalmente.
El Porvenir y la Operación Conífera
El caso de futbolistas que apuestan ha sido de cuidado en el mundo del deporte, puesto que el entramado alrededor de esta conducta se ha diversificado al punto de corromper jugadores que militan en distintas divisiones.
En España se recuerda la Operación Conífera, mediante la cual se destapó un entramado de jugadores activos y organizaciones criminales que influyeron en el amaño de partidos para apostar ilegalmente. El saldo de la investigación llevó a la detención de unas 23 personas.
El caso de El Porvenir no se queda atrás en el tema de los futbolistas que apuestan de forma irregular. El equipo, que participaba en la Primera C de Argentina, acusó y denunció a algunos de sus jugadores de boicotear algunas de sus presentaciones del club, con el fin de amañar partidos para fijar y ganar sus pronósticos en apuestas.
El equipo despidió a ocho de los implicados y entregó todos los materiales probatorios que tenían a disposición para facilitar la investigación a las autoridades argentinas.
Conclusión
La gravedad de los casos de futbolistas que apuestan tienen que ver con un factor de ética deportiva. Poner en juego el rendimiento propio para ajustar un resultado benéfico para el bolsillo dinamita el gran trabajo por llegar a la élite del fútbol, aquella donde son los jugadores con gran talento los que brillan.
Precisamente, los casos de este tipo traen consecuencias devastadoras para cada jugador, exceptuando un par de casos. Sturridge acabó por recibir negativas en distintos clubes del mundo por su vinculación al caso de futbolistas que apuestan de manera ilegal.
De ser convocado a la selección de Inglaterra y jugar en clubes de gran valía como Liverpool y Chelsea, el ariete pasó a integrar las filas del Perth Glory F.C. de la liga de Australia, desapareciendo del panorama mundial.
¿Qué técnico querría en su equipo a un jugador que revele información confidencial? ¿Y de aquel que pone en duda su capacidad deportiva y competitividad para amañar partidos? ¿De aquellos que se dejan ganar para reclamar una jugosa ganancia en las casas de apuestas?
Algunos han contado con suerte y perdón. Trippier integra uno de los planteles más destacados del Newcastle F.C. en los últimos 20 años, redimiendo su falla con una conducta más reservada.
Sin embargo, el daño de los futbolistas que apuestan ilegalmente ya está hecho y el resentimiento o recelo que despiertan estas acciones hacen que el espectáculo carezca de sentido, y solo sea un esfuerzo por ver quién se deja ganar para cobrar. ¡Una bajeza que empaña al deporte más bello del mundo!
El fútbol trata sobre desplegar las habilidades y capacidades de los jugadores para sobreponerse a los rivales. Influir sin esfuerzo, con el fantasma del dinero a las espaldas, le quita la belleza, la magia y la motivación para creer que cada encuentro es una lucha incierta, donde se gana en la cancha.
Lastimosamente, también se puede perder dentro del espíritu competitivo. Pero lo que más duele es perder deliberadamente por las acciones de los jugadores, porque minan la confianza entre los hinchas del fútbol, quienes hacemos de este deporte una fiesta y que hemos visto como algunos casos de corrupción, como el Caso Negreira con el FC Barcelona, le restan transparencia al juego.